“No ha de haber en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique la adivinación, la astrología, la hechicería o la magia, ningún encantador, ni quien consulte espectros o adivinos, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahvé tu Dios, por causa de estas abominaciones desaloja Yahvé tu Dios a esas naciones a tu llegada” (Deuteronomio 18, 10-12).
En una sociedad llena de escepticismo y un aumento progresivo en el ateísmo por parte de los creyentes; se deja ver que todo el fenómeno de la brujería, la hechicería y la magia, son temas un tanto medievales, cargados de misterio y de suspenso, que hoy en día están siendo escondidos en lo recóndito de la sociedad por miedo al rechazo y la exclusión, estos temas han llevado a la humanidad a estar llena de miedos, porque aunque estas cuestiones han sido descartadas, como dice el dicho: “No creo en las brujas; pero de que las hay, las hay”.
Todo este tipo de prácticas que atentan contra la moral, las buenas costumbres y sobretodo la buena fe de las personas, eran fuertemente castigadas por la iglesia. En la iglesia se dio un ente que pretendía defender la fe y el único culto a Dios: La santa inquisición, quien defendía las normas eclesiales ya establecidas, cortando de raíz todo lo que alterara el buen desarrollo de la fe del pueblo santo de Dios; inclusive los grandes pensadores de la historia se vieron afectados por este hecho, ya que al ser sus creaciones novedosas para todos, la iglesia los juzgaba diciendo que concebían ideas que no venían precisamente de Dios, sino que venían del príncipe de las tinieblas de este mundo. La inquisición castigaba a todos las personas que tenían ideas revolucionarias llenas de mucho misterio, los condenaba con la horca, ahogándolos, quemándolos vivos, atravesándolos con una daga justo en el corazón, etc.
En pleno siglo XXI, la iglesia ha empezado a ser más flexible frente a estos temas, ya no los castiga como lo hacía en la época de la Santa Inquisición. Haciendo reales las palabras del papa pablo VI: “La mayor argucia del diablo es hacerle creer a todas las personas que él no existe, para de esta forma atacar más efectivamente a todos los que están débiles en su estilo de vida cristiana”. No podemos seguir permitiendo que la influencia del mal se apodere de los corazones de las personas de este mundo, es deber de la iglesia defender a los creyentes de las asechanzas del maligno, ya que el mandato principal de Cristo a sus discípulos es hacerle frente a las obras del mal “Llamo a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus inmundos…. Ellos, yéndose de allí, iban predicando a la gente la conversión. Expulsaban a muchos demonios y curaban a muchos enfermos ungiéndolos con aceite” (marcos 6, 7,12); hoy en día los oprimidos por esta clase de ataques solo les resta llevar una vida digna en Cristo, bien nos dirá Santiago en su carta: “someteos, pues, a Dios; resistid al diablo y el huira de vosotros” (Santiago 4,7). Es urgente que los pastores de las almas sean los primeros en ayudar a los fieles más necesitados, la llamada es fundamental y muy necesaria en todo el mundo ya que este problema cada día surge con una fuerza mayor y la iglesia no está tomando puntos claros sobre este asunto, se queda simplemente siendo flexible, pero no los abarca en el sentido de la penuria que tienen sus fieles.
En la sociedad colombiana el avance progresivo de esta realidad viene de tiempo atrás; con la llegada de los nuevos inventos y la comercialización de artículos traídos de otras partes, la humanidad se introdujo en una era llena de cosas y objetos a los que se les ha cambiado su función exacta; es decir, que no están siendo utilizados para lo que realmente fueron creados, desarrollando por parte de los creyentes una duda superficial sobre ciertos entes que no llegan a ser de su plena confianza.
En el libro de la bruja, se deja en evidencia la historia de una mujer que llegó a ser una de las mejores, más preparadas y más conocidas en el arte de la magia y hechicería de la historia de Colombia; mientras ella ganaba fama, el país empezaba a entrar en un apogeo con lo referente a las nuevas tecnologías y la industrialización.
La vida de Amanda “La bruja” es desarrollada en un pueblo Antioqueño llamado Fredonia, donde se desempeña como una mujer normal, común y corriente; maestra de un colegio público, buena con sus padres, emprendedora y trabajadora, ella llevaba una vida igual a la de todos los demás. Su vida religiosa era muy participativa, su círculo social era diverso, se esmeraba por brindar un buen trato a los demás, pero a pesar de todo esto existían muchos factores que la llevarían más adelante a tener gran poder y gran reconocimiento en muchas partes del país. Su entrada en el mundo mágico de la brujería se debe a que, “como hay unas ganas más grandes que otras”, ella tenía unas insatisfechas ganas de saciar una curiosidad malsana y de conocer lo que venía del futuro. Solo bastó con una simple visita a una tertulia familiar a sus once años, donde a un comandante de la policía en sus largas conversaciones en el atrio de la iglesia, le hablaron del destino y del más allá, a lo que éste respondió diciendo que sabía leer la suerte, y empezó a hacerlo con un tabaco.
La misma Amanda expresa que su entrada en ese mundo se debió por un simple juego, que luego de un tiempo no sabía cómo había resultado metida en lo más hondo de ese “supuesto juego”. Ella se fue incursionando fuertemente en este mundo, alcanzando grandes logros, haciendo que su fama se esparciera por todas partes y llevando a muchas personas a caer en un estado de contaminación maligno, causado directamente por los trabajos de la brujería que ella bien practicaba. Gracias a su éxito con los hechizos que realizaba, logró meterse en el ámbito de la política, consiguiendo grandes amistades. Ella trabajó para muchos presidentes, concejales, senadores, militares, personas de alta categoría y de gran poder como los capos de los primeros carteles de la droga en Antioquia y en varios departamentos del país; sabiendo unir perfectamente los problemas principales que la sociedad colombiana estaba presentando: coca, política y demonio. Prácticamente esta era la vida de la bruja. Brujió a todos los que en ella veían una alternativa a sus problemas, logrando sus objetivos para con los demás pero hundiéndose ella en un abismo que no tenia fin; nuestra meta es lograr una plena configuración con el salvador del mundo, pero ella estaba logrando una excelente configuración con el amo del mal, del cual partían esos poderes que ella poseía.
El problema más grave de la sociedad actual, es que el surgimiento de una mente secularizada, ha llevado a muchos a realizar, con el paso del tiempo acciones “prohibidas” que más adelante terminan comprometiéndolos negativamente, no solo en su parte física sino que sobre todo en su vida espiritual. La ignorancia es como una semilla que esta siempre sembrada en el corazón de los seres humanos, la falta de interés de nosotros mismos nos ha llevado a no salir de tan deplorable estado, en este periodo es donde el hombre se ve privado de los conocimientos que Dios le brinda; por la ignorancia, son cometidos muchos pecados, pero entre el hecho de saber si es bueno o malo, existe siempre un margen de duda, este margen no se puede descartar y se debe saciar con los conocimientos que Dios nos brinda, claro está basándonos en fuentes conocidas y confiables.
A pesar de todos los problemas y dificultades que hayamos podido atravesar en nuestra vida, el señor es siempre fiel con su promesa: “se fuerte y valiente, no tengas miedo ni te desanimes, porque el señor tu Dios estará contigo donde quiera que vayas” (Josué 1,9). Es el mismo señor que se encarga de poner personas en nuestro camino, estas personas nos ayudan y llevan a entrar en la presencia del señor. En el caso especifico de Amanda, ella encontró un gran apoyo en Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo y en la Hermana Alicia, pilares fundamentales para el proceso de liberación y de reintegración a la iglesia y a una nueva vida basada en Dios y en la religión.
Es importante destacar que siempre en nuestras vidas existirán personas que sostendrán nuestras vidas en la oración ayudándonos y alentándonos a seguir esa meta, ser santos como nuestro padre celestial es santo, para esto Jesús nos traza un plan divino: seguir sus enseñanzas y guardar sus mandamientos.
De la misma manera, es Dios quien nos invita a tomarlo a Él como ese pilar en donde debemos poner y edificar nuestras vidas, nuestra sociedad y los caminos que vamos a recorrer; llevando su promesa a lo mas interior de nuestro ser: “Edificados sobre la santidad de la fe” (judas 1, 20)
Hoy en día esta mujer, que en algún momento le hizo tanto mal a muchas personas, es un gran testimonio de vida, este testimonio nos enseña que: por más grandes que sean nuestros errores, la misericordia de Dios sobrepasa todos los límites. “A quien mucho se le perdona, mucho ama” ejemplos como este son los que nos deben mover a buscar cada día la presencia de Dios en nuestras vidas, nuestras familias y nuestra sociedad.
Avivados pues por el amor de Dios y llenos de su espíritu, tomando con fe y valentía los caminos que él nos quiere llevar a recorrer; salgamos guiados por testimonios de fortaleza como este a hacer el bien, no solo en nuestra vida, sino también en la sociedad. Ejemplos de superación como este son los que confirman la palabra de Dios: “Dios no llama a los buenos si no a los malos” y confiamos en que llama a los malos, para que cuando otras personas encuentren en ellos esa palabra de ayuda que tanto han necesitado, es cuando se darán cuenta que sí existe un Dios que hace milagros. Porque no debemos buscar milagros extraordinarios, gente levantándose de sillas de ruedas, ciegos viendo, entre otros, el primer milagro que Dios ha hecho con nosotros es permitirnos encontrar en nuestra vida ese cambio. “Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído, porque fiel es quien nos ha llamado, y Él es quien lo llevará a cabo”.
JESÚS DAVID URIBE TRUJILLO